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En los últimos años, se oye mucho hablar de calificación energética de las viviendas, pero ¿sabemos qué es?. La calificación energética es el proceso a seguir hasta obtener el certificado energético. Este documento es necesario (desde junio del 2013) a la hora de vender o alquilar un inmueble.
Tiene una vigencia de 10 años y sirve para conocer (desde el punto de vista del ahorro energético) lo eficaz que es un inmueble.
Para obtener este documento es necesaria la supervisión de un técnico cualificado y certificado. Tras la visita al inmueble, realiza el cálculo, el registro y emite la etiqueta de calificación energética. Esta, resume la información de emisiones en una escala que está entre: a, b, c, d, e, f, g, siendo la a la mejor calificación de todas y la g la peor y menos eficiente.

INTERPRETAR LA CALIFICACIÓN

La puntuación media está entre las letras d y e, que significan que el inmueble cuenta con un ahorro energético aceptable.

– Las letras a, b y c indican muy poco consumo de energía, en cambio, las viviendas con f y g significa que tienen un
consumo alto.
– Esto, trasladado a un ejemplo de vivienda con un recibo medio de suministros alrededor de unos 60 euros al mes
quedaría de esta forma:
A, el gasto medio sería de 35 euros máximo.
B, el gasto medio sería de 35 a 45 euros.
C, el gasto medio sería de 45 a 54 euros.
D, el gasto medio sería de 57 a 60 euros.
E, su gasto medio sería de 60 a 66 euros.
F, su gasto medio sería de 66 a 75 euros.
G, su gasto medio sería como mínimo de 80 euros.

Los propietarios que alquilan o venden un inmueble sin tener el certificado energético pueden ser sancionados. En definitiva, conocer la calificación energética y cómo interpretarla es una buena herramienta para elegir una vivienda. Si necesitas un certificado energético no dudes en contactar con nosotros.

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