A la hora de comprar o vender una vivienda, la cédula de habitabilidad es fundamental y es un documento administrativo que demuestra que un inmueble es habitable. Pero, ¿en qué se basan los órganos administrativos a la hora de otorgar o no la cédula de habitabilidad y qué tipos de cédulas existe? En este post te explicaremos estas dos dudas y cómo puedes conseguir la cédula de habitabilidad.
Actualmente, existen dos tipos de cédulas de habitabilidad: la de primera y la de segunda ocupación. La cédula de habitabilidad, en términos generales, es un documento administrativo que demuestra que una vivienda es legal y que reúne los requisitos necesarios para poder vivir. Este documento, otorgado por un arquitecto o un aparejador que tiene en cuenta una serie de elementos como, por ejemplo, la superficie de la vivienda, la distribución, si esta está bien equipada, si dispone de una altura mínima en concreto y muchas otras características. Los requisitos para conseguir la cédula de habitabilidad dependen sobre todo de la Comunidad Autónoma.
Tipos de cédulas de habitabilidad
Como habrás leído en el título, la cédula de habitabilidad puede ser de primera o de segunda ocupación. La diferencia es que cuando pedimos la cédula de habitabilidad de primera ocupación es cuando nadie ha vivido en esa vivienda y debemos comprobar, por primera vez, si la vivienda cumple con todos los requisitos necesarios para vivir. Para obtener esta cédula necesitaremos cumplir, por lo tanto, unas normas que impone la Comunidad Autónoma correspondiente, sin embargo, es importante estar al tanto de la actualidad, ya que estas normas van cambiando a lo largo del tiempo y la cédula se debe actualizar también. Es importante cumplir con las normas de habitabilidad vigentes para poder realizar la venta de un inmueble destinado a vivienda.
¿Cómo puedes conseguirla?
Nosotros podemos hacerlo por ti y los documentos que necesitarás una serie de documentos: certificando final de obra nueva firmado por un arquitecto y visado por el Colegio Oficial de Arquitectos, certificados de suministros, una Declaración de Obra Nueva, la inscripción en el Registro de Propiedad y una Solicitud de Alta en el Catastro. En caso de que la vivienda no cumpla con los requisitos adecuados para conseguir la cédula, será necesario llevar a cabo las reformas pertinentes. Las cédulas de primera ocupación tienen una vigencia de 10 años si se entregaron en 2004, mientras que las que fueron entregadas más tarde, 15 años.
La cédula de habitabilidad de segunda ocupación es uno de los casos más habituales actualmente, puesto que se solicitan para viviendas ya construidas. Estas cédulas son mucho más fáciles de conseguir, ya que se supone que ya se ha vivido dentro y que la vivienda cumplirá con los requisitos necesarios. Sin embargo, la vivienda debe cumplir con los requisitos que se pedían en el momento en el que se llevó a cabo la construcción de la vivienda, por lo que, no será necesario actualizarse y realizar reformas. Lo único que se necesita para conseguir esta cédula es el certificado de habitabilidad firmado por un arquitecto y visado por el Colegio Oficial de Arquitectos.