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Con la llegada y la instauración de Internet en las viviendas, cada vez han aumentado más los hogares inteligentes y los podemos encontrar en gran cantidad en nuestro país. Un ejemplo de ello han sido el uso cada vez más común de los altavoces inteligentes, los asistentes virtuales. La pandemia también ha traído a nuestras vidas nuevas necesidades y formas de vida y si a esto le añadimos la subida de precio de los suministros necesarios para vivir, el resultado es que necesitamos un cambio ya.

La vivienda inteligente ha sido la solución a estas nuevas necesidades, puesto que un hogar inteligente es un hogar más cómodo, seguro y, sobre todo y lo más importante, más eficiente y sostenible. La eficiencia energética, aunque en muchas ocasiones nos suene a simplemente respetar el medio ambiente, no solo tiene el efecto de la sostenibilidad en nuestra vida, también significa ahorro de energía. Esto es muy positivo si tenemos en cuenta que el precio de la electricidad y el gas han subido cada vez más y siguen una tendencia alcista. El ahorro económico es uno de las ventajas que conseguiremos al contar con el control inteligente de nuestra vivienda.

Las Smart home, es decir, los hogares con sistemas integrados, consiguen un ahorro que no se puede comparar con otros métodos si tenemos en cuenta el control que tenemos sobre la iluminación, el agua y los sistemas de climatización. A día de hoy muchos estudios afirman que el volumen de facturación de las empresas con servicios domóticos ha subido cada vez más, presentando el año pasado unos 79 millones de euros, es decir, un 40% más que el año anterior, 2020.

¿Cómo afecta la domótica a la eficiencia de la vivienda?

Como ya hemos comentado, la domótica puede hacer de tu vivienda un lugar más eficiente, lo cual se reflejará en tu certificado energético. Pero esta no es la única ventaja, puesto que una vivienda inteligente puede consumir entre un 25% y un 40% menos que una vivienda sin tecnología. 

Lo más destacable del control domótico es el control de la iluminación. Los sistemas inteligentes nos permiten gestionar el uso de la luz de forma remota y esto no se resume simplemente en la comodidad que nos aporta apagar o encender la luz desde nuestro sofá o nuestra cama, también se traduce en un mayor ahorro y en una mayor seguridad. Si por ejemplo te vas de vacaciones, podrás encender y apagar la luz para simular vida en tu hogar.

La climatización es otro punto fundamental del control inteligente de los recursos. Si además contamos con una energía renovable, la eficiencia del hogar aumentará aún más y esto se reflejará en el certificado energético.  

Cuando nuestro hogar es inteligente, si deseamos venderlo, también podremos beneficiarnos de subir el precio de la vivienda, ya que esta tendrá mucho más valor si gasta menos y tiene todas las comodidades mencionadas anteriormente. Cuando contamos con el control del hogar, los electrodomésticos también reducirán su consumo.